jueves, 18 de noviembre de 2010

Un minuto de silencio

Hoy no voy a escribir, quiero compartir con todos vosotros mi minuto de silencio más sentido para la entrada anterior que fue vilmente censurada…

Un minuto. 60 segundos.
59 segundos…(voz interior de narradora omnisciente :) ) "bueno, pues aquí estoy a las puertas del Consistorio en mi minuto de silencio pero, ¿para qué servirán realmente los minutos de silencio?, qué importante se nos ve cuando lo estamos llevando a cabo, y que serios y comprometidos, incluso sin llegar a conocer a la persona en cuestión. ¿Por qué se llamará "guardar un minuto de silencio"? ,¿dónde se guarda? yo guardo cosas en el bolso, no sé...maquillajes, drogas, dinero, condones, compresas, una escopeta recortá, porque hay mucha inseguridad ciudadana  y hay que protegerse, claro que of course ...parece que va a llover y yo sin paraguas, ¡anda, mira!, si está también Josefina, y que bolso lleva ella tan elegante en lentejuela y canutillo rosa, y se está sacando otro bolso de su interior, éste de leopardo, ¿habrá alguien más excesiva que Josefina?. ¡uy! a mi izquierda, no me había fijado, está Rafi Bunny, ¡qué ancha se ha puesto!, ¡qué estructura, por Dios!, normal después de que su marido la dejara por una travesti calva, la pobre. Oh! que dolor de vientre y que ansia me está dando, se me ha subido el liquidillo, qué inoportuno…y, ¡qué fresco!, alguien ha abierto una puerta, me pondré la rebeca. Pues aquí sigo en mi minuto de silencio, ¡anda! la hija de Juani también ha venido, ya de mocita no le habían salido los dientes, ahora estornuda y se le caen los puentes, ¡qué decadente!, su madre, eso si que era una diosa, vamos era la prototipa murciana de diva latina.  Pero bueno, si es mi minuto de silencio dedicado a la libertad de expresión, ¿por qué se me ha metido toda esta gente aquí? ¡ojú qué asco más grande!...¡¿y cuánto queda?! ah, cinco segundos. Se acabó. Voy al Mercadona”

Los aplausos.

Palabra de Triniti Graun

viernes, 12 de noviembre de 2010

Soy una esnob, no sé si ir de cóctel o de papeo

Mira, mira, ¡mira!, cómo avanza la sociedad y cómo retroceden los modales ¿y los modelos? De que sirve tener unos buenos si carecemos de los otros. Queridos escasos leyentes, hoy me siento indignada observando comportamientos soeces, ordinarios y groseros  (aunque depende con quien te juntes lo apropiado es ser soez, ordinaria  y/o grosera), porque todo depende de lo que entendamos cada uno por  “comportamiento fuera de lugar”. Lo “idóneo” no es siempre lo “adecuado”, y lo “inoportuno” a veces procede. No sé. Un lío. ¡Pero yo me entiendo! ¡claro que of course!.
Por ejemplo, tú no puedes estar en un cóctel –al que tanto tú lector como yo, estamos acostumbrados a ir-, por muy apropiado que sea tu atuendo, por muy italiano que sea tu moño, por muy mona que vayas en definitiva, y de pronto ver a una conocida al otro extremo de la sala, y empezar a gritar “¡eeeeeeeh!¡Mameeeen!”, rollo cumbres, mientras te pones a dar brincos y a mover los brazos como una náufraga, porque eso no es fino, ni es de recibo, ni es nada, ¡estás loca!. Eso es de serranas y de montañesas, de gente asilvestrada y sin modales.
Lo correcto, para contactar con tu amiga, sería echar mano del móvil, llamarla y concordar el encuentro mediante un discreto contacto visual, para lo cual puedes alzar la mano  no más allá de tu mejilla. Si no consigues darle un timbrado a su celular (me encanta esta frase de mi amigo Aximún Llomgueras), por falta de batería, cobertura, o tu amiga a cambiado de número, entonces lo elegante es renunciar a esa amiga para siempre. Es dramático lo sé, pero eso te permitirá hacer nuevas amistades. No hay mal que por bien no venga. Si, resignarse y olvidarla, porque se supone que ella está lejos y sería de mal gusto atravesar el local  sólo para saludarla. Además sería humillante, ¡qué lo atraviese ella! Hay que ser soberbia a veces. De todos modos si te ha visto y no se ha dirigido ella a ti…es que es poco amiga tuya  (o se comporta con más soberbia que tú). Te envidia , te odia y te obvia. O sea, ¡pasa de ella, tía, pasa de ella!
Pues bien, en estos actos sociales, donde vamos a estar de pie rodeados de un montón de panolis, dejándote ver y tomando algo, hay que tener muy en cuenta tu comportamiento, controlando cada uno de tus movimientos, pues a bien seguro serás objeto de la atención de…de alguien que casualmente pase la mirada perdida un segundo sobre ti, mientras realiza un barrido general en plan “¡cuánto personal, y qué gente más fea, por favor!”. O sea, alguien que se fije en ti… Ojo, pero ese alguien puede ser un jeque árabe con muchísimo dinero, o una petarda dispuesta criticarte, que es peor. El caso es que no te permitas ser tu misma, siempre hay que procurar parecer alguien muy chic.
En este tipo de reuniones, por experiencia, no es conveniente acabar muy borracha, subida en una mesa, con los zapatos en la mano, bailando como…como una borracha, claro, y amenazando con seguir quitándote ropa (y con vomitar), por mucho que Ava Gardner se empeñara en ponerlo de moda. Pero recuerda que ella, era conocida como “el animal más bello del mundo”, y probablemente tú no seas más que un “animal a secas”. Seguro que eres más bestia que bella, imagínate que eslogan más tremendo: “el animal más bestia del mundo”.
Tampoco es recomendable abalanzarse sobre las bandejas de canapés, como una ansiosa y muerta de hambre. Es mejor acudir a una fiesta…y abalanzarse sobre las bandejas como una ansiosa y una muerta de hambre, y ponerse fina de todo. Seguidamente podremos asistir a dos o tres fiestas más y quedar divinísima al rechazar la comida (que casi te sale por las orejas del primer atracón). Los que te vieron en la primera pensarán que eres una paleta, vale, pero serán más los que solo te habrán visto comportarte como una modelo anoréxica, y pensarán que tienes clase. Si alguno de los invitados  coincidió en ambas fiestas pensarán que ¡estás loca!…o que te dedicas a hacer lo mismo que él. No te preocupes, será vuestro secreto, de ambos.

Palabra de Trinity Graun